Salmos 145:18-19
El Señor está cerca de quienes lo invocan, de quienes lo invocan en verdad. Cumple los deseos de quienes le temen; atiende a su clamor y los salva.
Un pasaje tan claro que nos da una indicación de cómo nuestras oraciones son escuchadas; podemos reflexionar si estamos haciendo oraciones sinceras, esas oraciones que sí salen del corazón. Hay oraciones que no son escuchadas, donde solo se pide, donde solo se hace por cumplir, donde solo se hace por ser religioso; cuidado con eso.
Hagamos oraciones sinceras, donde lo que oremos sea escuchado, donde nosotros hablemos y seamos sinceros en decir cómo nos sentimos, qué cosas están mal y necesitamos que nos ayude a cambiar, en decirle qué es lo que Jesús quiere que cambiemos que no está bien, en decirle qué debilidades nos cuestan y no podemos nosotros, sino que necesitamos su ayuda. Esas oraciones son las que a Dios le agradan, no solo pedir y no dar lo que Él sabe que tenemos que entregar.