El amor no solamente debe ser considerado como un sentimiento o una motivación interna, el amor debe manifestarse a través de nuestras acciones, a través de nuestra conducta. Nada debe ser más importante en la vida de un cristiano que crecer en el amor de Dios.
Preeminencia significa indudable superioridad, esto quiere decir que el amor esta por encima de todo y esta antes que todo.
Un camino mas excelente es el camino del amor (1 cor 12:31). Podemos servir a Dios y hacer su voluntad pero el amor al Señor debe ser el principio que rija todas nuestras acciones. Debemos desear las cosas espirituales, pero con el fin de consolar, ayudar, amar y bendecir a otros en esta vida. Por eso el amor es nuestra fuente suprema de poder porque como lo dice Pablo, sin amor nada importa, no importa que tan excelentes seamos, porque si no lo hacemos con y por amor al Señor, de nada sirve..
Ahora hermanos la Biblia nos dice que el amor a Dios debe nacer de una buena conciencia, de un corazón limpio y de una fe no fingida (1tim 1:5) Siempre han existido falsos maestros que presentan doctrinas nuevas y extrañas acerca del evangelio, estas resultan difíciles de combatir porque usan la Biblia (pero no la saben usar e interpretar en su conjunto) sin embargo terminan engañando y haciéndole daño a la iglesia del Señor.
El pecado puede comenzar en el intelecto, cuando dejamos la dirección de Dios y empezamos a deformar la doctrina que al final terminamos dudando y nos preguntamos ¿Qué es lo que creemos?
Si sacas a Cristo de tu vida y cambias sus enseñanzas ya no te puedes llamar cristiano, y esto significa muerte (rom 10:9-10) Si no creemos moriremos, mas si creemos tendremos vida.
Por eso el apóstol le recomienda a Timoteo que el amor a Dios debe nacer de una buena conciencia, de un corazón limpio y de una fe no fingida ( 1 Tim 1:5) no de una doctrina basada en una mezcla de fábulas, leyendas y costumbres.
Hermanos, cuando nacemos en amor a Dios, nuestra conciencia, nuestro corazón y nuestra fe deben estar en armonía con nuestras acciones buscando agradar a Dios.
La preeminencia del amor.
1 Corintios 13:4-8