Lo esta predicando por mí.


A veces nuestro pensamiento será atacado cuando escuchamos el mensaje, y en vez de hacer una reflexión, se piensa que el mensaje se está predicando de forma intencional hacia esa persona cuando la verdad no es así; es un mensaje que Dios puso a quien lo predicó para poder guiar, instruir, corregir.

Lamentablemente, no podemos descartar que nunca habrá un mensaje personal; a veces sucede que se usa el altar de alguien no dirigido por Dios y se habla por alguien específico y ahí no es palabra, es algo que no está direccionado como Dios. Es por eso que tenemos que orar para que sea Dios quien toque cada corazón, que sea Dios quien dirija el mensaje y que Dios nos libre de hablar sin dirección. Y cuando vengan pensamientos contrarios, tenemos que detenerlos y salir edificados del templo, que algo nuestro Padre quiere hacer aún más en nuestras vidas. Porque es de todos los días, mi amado hermano, donde Dios nos quiere seguir ayudando a mejorar.

 

Seis puntos para saber si el mensaje es de Dios.

1 Que se lea la palabra.

2 Que haya un tema que se relacione con la palabra.

3 Que se hable más del contexto y origen de esa lectura en específico.

4 Que se hable de la palabra y menos de la persona que está predicando.

5- Que haya los errores que no se tienen que hacer, consecuencias y cómo evitarlo.

6 Que el mensaje sea para reflexionar sobre cómo está nuestra vida.

7 Que haya un balance en diferentes temas, y que siempre sea Cristo.

2 Timoteo 3:16-17

 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.